Violación

Las agresiones sexuales comprenden cualquier atentado contra la libertad sexual, realizado con violencia o intimidación. Dentro de éstas se encuentra la violación: cuando la agresión sexual consiste en la introducción del pene por vía vaginal, anal o bucal o la introducción de cualquier clase de objeto o miembro corporal (ej.: los dedos) por vía vaginal o anal. Pero también existe agresión sexual cuando se atenta contra la libertad sexual de la mujer, aunque ello no implique contacto físico entre ésta y el agresor (obligarla a masturbarse o a mantener relaciones sexuales con otras personas).

En relación a la esfera psicológica, la depresión es el síntoma más frecuente en las mujeres adultas abusadas sexualmente en su infancia y/o adolescencia. Las consecuencias psicológicas pueden ser severas y a largo plazo, incluyendo ansiedad, miedo, depresión e intento suicida. Se describe además la presencia de disfunciones sexuales, dificultades en el funcionamiento cotidiano y en las relaciones interpersonales. Todo esto acompañado de frecuente sintomatología somática. También en las víctimas se reportan comportamientos autodestructivos, autoagresión e ideación suicida. Se describen problemas serios en la relación de pareja de estas mujeres, problemas en la relación con sus padres e hijos. Hay reacciones de temor, hostilidad y sentimientos de amenaza constante (Montero et al., 2004).

 

Las agresiones sexuales comprenden cualquier atentado contra la libertad sexual, realizado con violencia o intimidación. Dentro de éstas se encuentra la violación: cuando la agresión sexual consiste en la introducción del pene por vía vaginal, anal o bucal o la introducción de cualquier clase de objeto o miembro corporal (ej.: los dedos) por vía vaginal o anal. Pero también existe agresión sexual cuando se atenta contra la libertad sexual de la mujer, aunque ello no implique contacto físico entre ésta y el agresor (obligarla a masturbarse o a mantener relaciones sexuales con otras personas).

En relación a la esfera psicológica, la depresión es el síntoma más frecuente en las mujeres adultas abusadas sexualmente en su infancia y/o adolescencia. Las consecuencias psicológicas pueden ser severas y a largo plazo, incluyendo ansiedad, miedo, depresión e intento suicida. Se describe además la presencia de disfunciones sexuales, dificultades en el funcionamiento cotidiano y en las relaciones interpersonales. Todo esto acompañado de frecuente sintomatología somática. También en las víctimas se reportan comportamientos autodestructivos, autoagresión e ideación suicida. Se describen problemas serios en la relación de pareja de estas mujeres, problemas en la relación con sus padres e hijos. Hay reacciones de temor, hostilidad y sentimientos de amenaza constante (Montero et al., 2004).